· Dificultad: baja
· Tiempo de preparación: 5′
· Tiempo total: 20′
Aunque este entrante lo preparé bastante antes de la situación de confinamiento que estamos viviendo actualmente, es perfecta para estos momentos, ya que está hecha con restos de cosas que tenía en el frigorífico.
Desde hace más de una semana, posiblemente te hayas hecho con un gran número de productos frescos y, salvo que tengas un frigorífico y congelador de dimensiones colosales, vas a encontrarte con que se te van a quedar resesas esas verduras que compraste pensando que habría desabastecimiento. Y si, además, has comprado setas, verás como empiezan a coger un tono oscuro un poco sospechoso.
Para esta sencillísima receta nosotros utilizamos precisamente esos restos que teníamos de otras elaboraciones (como un culín de pimientos de colores, de esas bolsas en las que viene uno verde, uno rojo y una amarillo) y quedó super sabrosa.
Los champiñones son el toque maestro, hechos con mantequilla y añadiéndole el orégano que cultivan mis padres. Son un placer como pocos.
Éxito asegurado y esfuerzo mínimo.
– Para 4 personas –
Ingredientes principales
- 1 buena rebanada de queso provolone
- 1/4 de pimiento rojo
- 1/4 de pimiento amarillo
- 1/4 de pimiento verde
- 200 g de champiñones
- 1 cucharadita de orégano
- 25 g de mantequilla
- Pimienta negra recién molida
- Sal en escamas
Elaboración
- Cortamos los pimientos y los champiñones en rodajas muy finas.
- Ponemos una sartén a fuego medio (5 sobre 10) con la mantequilla. Cuando espume, añadimos los champiñones, el orégano y rehogamos durante 10 minutos. Reservamos.
- Colocamos el queso provolone en una pequeña fuente de horno. Salpimentamos.
-
Añadimos los pimientos y los champiñones.
- Introducimos en el horno, previamente precalentado a 160 °C (320 °F), durante unos 15 minutos, hasta que veamos que el queso burbujea.
Emplatado
Sacamos la fuente del horno, salpimentamos levemente y ¡a la mesa sin perder un minuto!
Trucos y consejos
Busca en el fondo del cajón de las verduras y seguro que encuentras algún trozo de pimiento, calabacín, berenjena, etc., córtalo muy fino, colócalo encima del queso y al horno.
Es mucho mejor servir este entrante nada más salir del horno, para que el queso mantenga la elasticidad tan característica y sea más sencillo de comer.
Acompáñalo de pequeños panes o tostadas o, si estás en plan keto estricto, cómelo sin acompañamiento, ¡está igualmente delicioso!